miércoles, 25 de junio de 2008

Necrofilia (Metáforas III)

Hay un cadáver debajo de mi cama
que aparece durante las noches
en el sordo silencio del cuarto
y tiñe el aire oscuro y estéril
de densos vapores
pútridos.


Hay un cadáver debajo de mi cama
que se revuelca entre el polvo y
las costras que se desprenden
de su piel reseca y muerta
y llora tristes lágrimas
de sal pura.


Hay un cadáver debajo de mi cama
hace ya un tiempo abrió sus venas
con sus dientes, y ahora espera
acurrucado en la penumbra
del olvido, ahogando un
grito en sangre
seca.


Hay un cadáver debajo de mi cama
que se fuma todos mis cigarrillos
con su aliento de diezmil años
de muerto, con sus labios
agrietados y su lengua
de desierto.


Hay un cadáver debajo de mi cama
despierta al apagarse las luces, y
quiebra el silencio del cuarto:
me pregunta en un susurro
si podría hacerle el favor
de matarme
por él.






Hay un cadáver debajo de mi cama
que se sienta en silencio a mi lado
durante el momento más oscuro
de la noche y extiende su mano
seca muerta, agusanada mano
y, mientras yo estoy dormido
el cubre con suaves caricias
mis cabellos, mis mejillas






y mi cuerpo.
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2 comentarios:

Pedro. dijo...

es verdad lo de que aguante estar locos.


sólo agregaría:

que el cadaver ese maldito se los fume sin prenderlos, y entonces cuando vos los agarrás y te los llevás a la boca le sentís ese olor a muerte añejada en roble. es mi interpretación una verdad que debe estar implícita, puesto que soy un genio.

Anónimo dijo...

yo no voy a dormir mas ahi !

hay un cadaver debajo de la cama de mi amor!



:O